Así como aquellas
tecnologías que surgieron desde el siglo XIX en adelante (teléfono, cine, etc.)
llegaron para quedarse y volverse imprescindibles al punto tal de que sería
difícil imaginarnos y desarrollar nuestras actividades cotidianas sin ellas,
las redes sociales se constituyen como una más de esas invenciones fundamentales
para el paisaje tecnológico presente y venidero.
Tal consideración ha
hecho que no sólo empresas de renombre nacional e internacional se estén
abocando con absoluto interés a utilizarlas para incrementar y fidelizar su
cartera de clientes y/o potenciar/preservar su marca en el mercado. Progresivamente,
las pequeñas y medianas empresas, van incorporándose al mundo de las redes
debido a la necesidad insoslayable de adaptarse al ritmo vertiginoso de los
nuevos modelos de negocios surgidos de las posibilidades que brinda Internet hace
ya algunos años.
Dicho menester nace del
entendimiento de que no estar presente donde hay afluencia constante de
posibles consumidores y/o usuarios (por ende, posibles clientes) equivale a:
- Desechar nuevas fuentes de ingresos (y en ese sentido, restar maximización a la rentabilidad).
- Desaprovechar la oportunidad de posicionar la marca a través de plataformas web que se encuentran en pleno “boom” de popularidad y concurrencia.
- Favorecer a la competencia por carecer de una mayor visibilidad (en la mayoría de los casos, este error se confunde con estancamiento pero en realidad implica retroceso).
En
relación a los usuarios de servicios o consumidores de productos cuyo contacto
con la empresa es de carácter asiduo (independientemente de la frecuencia específica
con la que se efectúa), las redes habilitan un novedoso tipo de vinculación:
- Permiten tener un conocimiento más completo de los clientes porque se puede acceder a información detallada en su perfil sobre intereses, gustos, etc. Por ende, se abre un abanico enorme de posibilidades para llegar a ellos con efectividad a través del marketing personalizado.
- Permiten comunicar de manera ágil, gratuita, grupal y/o individualizada, dinámica e interactiva informaciones de índole diversa (Ej: Promociones) que es oportuno que el cliente conozca.
Puede decirse que la impronta social de las redes,
resignifica los vínculos entre empresa y cliente de modo tal que, la exigencia de
una manera creativa y profesional de abordarlos, se vuelve un imperativo infaltable
para cualquier emprendimiento cuyo objetivo sea el crecimiento constante.
Lic. R. López